domingo, 1 de diciembre de 2013

Giros

 De las estrellas venimos, y a ellas algún día llegaremos. Mi universo es inconmensurable.

 Así como vivimos en el hijo de una de ellas, y así como nuestro mismo planeta tiene un descendiente lunar, los propios soles vienen también -y giran alrededor de - un algo mucho más grande. Andrómedas enteras se mueven alrededor de objetos inimaginables, donde la mera idea de que un ser vivo pueda existir roza lo ridículo y, sin embargo, nadie llegó allí para poder clamar encontrarlo vacío.

 Hay incluso rumores de que ahí habitan todos los dioses en los que creemos y luchamos por, pero viven tranquilos y en paz. Son una gran familia que tal vez, por equivocación, hicieron comenzar la vida en la Tierra. A ellos no les importa, no nos conocen; son simples ciudadanos que veneran a un ser de luz y calor más poderoso y radiante que todas nuestras almas juntas. Sin embargo, este no vive (ni por asomo) en el lugar alrededor del cual gira todo.

 El centro de mi universo, ese único punto que es el límite de sí mismo, a través del cual nos dirigimos buscando respuestas; ese punto hacia donde todo termina fluyendo, fuiste y seguís siendo, vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario