sábado, 25 de febrero de 2012

Cosas

Los padres de familias numerosas se agotan al educar a tantos hijos. Por eso, repiten sus fórmulas de éxito. No les importa que la época haya cambiada. No ven que su hijo Nº17 tal vez sea diferente a los otros, y necesite ser tratado de otra manera. Si todos los demás sobrevivieron y se insertaron bien en la sociedad, entonces el sistema funciona. Se olvidan del por qué de cada decisión que toman- total "tu hermano no hacía eso", "él no salía de noche nunca a tu edad", "ella no tuvo novio hasta los veintiséis!".

Y así funciona también en otros aspectos para las personas. Cada vez que eligen, buscan casos similares que ya fueron solucionados. No digo que esté mal - muchas veces sirve: esto de pedir consejos a gente con experiencia es casi fundamental a la hora de salir de viaje, iniciarse sexualmente, comenzar un proyecto diferente y nuevo.

A lo que quiero llegar es algo bien sabido: lo desconocido obviamente da miedo, y la gente, para dejar de tenerlo, hace que deje de ser desconocido, siguiendo un camino ya tomado.

Lo más fácil es siempre lo más cómodo, pero viene con cosas negativas:
En algunos casos, como dije al principio del texto, las consecuencias recaen sobre los hijos.
En otros sobre nosotros mismos ¿Dónde queda el disfrute de lanzarnos a lo desconocido? ¿De ir sin estar preparado?

El progreso logró que la información se globalice, pero eso no nos tiene que sacar el placer de buscar y descubrir un bar cualquiera caminando a las 2 de la mañana, por el barrio, sin haberlo buscado previamente en internet.

domingo, 5 de febrero de 2012

El hombre

Con la cabeza casi pegada al inodoro, la frente cubierta de un sudor frío, el hombre vomitaba.
Vomitaba y se libraba de Rosa, de la frustración por no haberse graduado, del sentimiento de impotencia que muchas veces lo asaltaba. También se le iba un poco el vodka del cuerpo, mezclado con esa mina que lo había dejado, asqueada, a los 3 días de empezar a salir con él.
Tosió, y luego volvió a desechar su horrible extrañar su niñez que sentía por las noches, nadie le había dicho que la vida adulta era tan difícil.
Y mientras vomitaba la muerte de su viejo, dos lágrimas cayeron al agua.
Tiró de la cadena, se lavó la cara, y fue a buscar más bebida.

Cosas

El ser humano, actualmente, vive a destiempo. Sin embargo, en la Antigüedad, todo tenía más sentido: nacías y crecías dentro de un cuerpo débil, pero al alcanzar la madurez intelectual, la experiencia de vida suficiente para entender un poco más las cosas, luego de cometer incontables errores, recién en ese momento Dios te proveía del vigor que hoy en día se tiene entre los 20 y los 40 años.
En el pasado no existía este chiste de morirse justo cuando empezabas a entender. Disfrutabas de cierto tiempo para usar lo que habías aprendido de la experiencia.
Que suerte que la medicina tal vez logre que, en un futuro, uno siga siendo joven de viejo. La cirugía plástica definitivamente logra que lo parezcamos.