domingo, 28 de abril de 2013

Sui

 El muchacho que quería dominar todas las artes murió sin dominar ninguna.
 El joven que vivió buscando el amor perfecto fracasó, dejando pasar unos cuantos bastante buenos.
 Otro que se impuso no dejarse imponer ninguna verdad irremediable no pudo agregar nada a su ser.
 Pero otro, que tuvo tudas toda su vida sobre por qué camino definirse, que sufrió, besó y lloró, que tuvo celos, temores y angustias, desamores, música y aventuras, tuvo una vida lo suficientemente plena como para, al serle ofrecido en el final una oportunidad para renacer, tomarla, como cualquier otro habría hecho, pues la vida es maravillosa.

1 comentario: