sábado, 21 de marzo de 2015

Espantando a la muerte

 Los tefilim* siempre han formado parte de los rituales sexuales del matrimonio Ben-Iehudá.

 Los moderados, propensos a defender la sagrada institución religiosa, en vez de atacar explican que la pareja solo intenta ofrendar a Dios su placer. Usan las cuerdas para acercarse a Él, uniendo al goce y a la fe en un santo pacto sadomasoquista.


 Otros, sonriendo maliciosamente, afirman que, a través de tamaña transgresión a sus valores inculcados, los Iehudá dan fuelle a la llama pasional que los une. ¿Quién sabe? Pero estos no pierden el tiempo, ni con sus congéneres ni con los paganos, y disfrutan sin culpas, sin pedir permiso, y sin cadenas metafóricas pero sí con unas de cuero, bien reales, que simbolizan su libertad.

Los de fe inquebrantable, con fe inquebrantable gritan: los Ben Iehuda son los hijos del infierno.
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* Los tefilim consisten en dos pequeñas cajas de cuero unidas a correas de cuero. Cada caja contiene cuatro secciones de la Torá escritas en pergamino. Los practicantes de la religión judía utilizan estos elementos, también llamados filacteria, para un ritual de acercamiento a su dios. También, muy excepcionalmente, algunos los usan para cojer.